Sus sonidos son puros, intensos y guardan un misterio particular capaz de transportar, a quien los escucha, a una experiencia difícil de explicar con palabras. Una experiencia para transitar y disfrutar con todo el cuerpo.
Es una técnica de armonización natural que actúa sobre los planos físico, emocional, mental y espiritual.
Los tonos de los cuencos crean un balance energético y sincronizan los hemisferios cerebrales, produciendo un centramiento. Los sonidos y vibraciones tienen la propiedad de modificar las ondas cerebrales favoreciendo los estados de relajación y meditación.
El masaje sonoro implica hacer sonar el cuenco muy cerca del cuerpo, o bien apoyarlo sobre este, para que llegue tanto el sonido como la vibración.
Zona de atención
Colegiales - Flores, capital-federal